El proyecto Citrus Biochar para el uso de los restos de poda como abono capta la atención internacional

El grupo operativo afronta su momento clave con los últimos resultados para la producción a escala de este biocarbón, resultante de la quema de restos de poda, con el que se mejoran las condiciones del suelo

El proyecto Citrus Biochar, que persigue la reutilización de los restos de poda de cítricos como abono, afronta su momento clave empieza a captar la atención internacional. La investigación está a cargo de un grupo operativo formado por el Grupo de Desarrollo Rural Guadiodiel, la Universidad de Jaén, Cooperativas Agro-alimentarias de Huelva y Qualifica2 SL, cuyos expertos recaban ya los resultados finales tras dos años de trabajo. 

La iniciativa se presentó el pasado mes de junio en la ciudad portuguesa de Oporto en el marco del proyecto C-Sink y se llevará ante la Comisión Europea como parte de un paquete de medidas diseñadas para fomentar la sostenibilidad en el ámbito agroalimentario. 

El proyecto Citrus Biochar supone una alternativa real a la quema de residuos de poda, lo que podría implicar un cambio en los hábitos de los trabajos agrícolas. Se trata de un claro ejemplo de economía circular en el sector agrícola para el uso del biochar o biocarbón para generar porosidad en los terrenos. Con ello se logra una mejor retención del agua y que pueda ser absorbida por las raíces evitando que se pierda menos volumen por la evaporación. También tiene impacto en la cantidad de nutrientes del suelo y en los microorganismos beneficiosos para los cultivos. 

Esta técnica es muy asequible, aunque todavía es necesario seguir analizando las posibilidades para hacer una transformación de la poda en las fincas. Consiste en cambiar el mecanismo incorporando sistemas móviles que generen la pirolisis, que consiste en la descomposición térmica de la materia orgánica en ausencia de oxígeno. El proceso estabiliza el carbono existente en la materia orgánica en una forma más resistente a la descomposición química y biológica, por lo que al ser incorporado al suelo se mantiene estable durante más tiempo y no es emitido a la atmósfera. En la actualidad, las cooperativas están impulsando que el residuo que se genera de la poda se triture y distribuya uniformemente en el suelo, entre las calles de los cultivos. 

Las pruebas sobre el terreno se realizan en la comarca de la Costa Occidental de Huelva, donde el 30,7% de la superficie está ocupada por cultivos, una cifra relativamente alta si se compara con otros territorios de la provincia donde los cultivos apenas alcanzan el 21% de media. En concreto, la experiencia piloto se ha llevado a cabo en una finca de Cartaya, que pertenece a un socio de la cooperativa Cobella de Lepe, y cuya variedad de mandarina es Tango. 

Expertos de la Universidad de Jaén, concretamente del grupo de investigación TEP222 de la Escuela Politécnica Superior de Linares, investiga las técnicas para la producción a escala de este biocarbón a pie de explotación con el fin de que pueda resultar como fertilizante para mejorar las condiciones del suelo en las mismas explotaciones en las que se generan o en otras. 

El proyecto Citrus Biochar está cofinanciado por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) y por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en la convocatoria para el Funcionamiento de Grupos Operativos Regionales de la Asociación Europea de Innovación en Materia de Productividad y Sostenibilidad Agrícola (EIP AGRI) de 2020.

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