Las organizaciones empresariales CEOE y CEPYME, en su análisis de los datos del IPC de marzo, consideran que el momento difícil que atraviesan las familias españolas y la consecuente caída del consumo privado hace que las empresas y el comercio mantengan los precios muy contenidos, lo que se observa en el nivel reducido que mantiene la inflación subyacente (1,2%).
CEOE y CEPYME recuerdan que la inflación cede una décima y se sitúa en mínimos desde agosto de 2010. El índice general, incluyendo los precios de los productos energéticos y de los alimentos sin elaborar, registra una tasa del 1,9%, bastante moderada y que permite mantener 0,8 puntos de diferencial con la inflación europea.
En este sentido, destacan que el diferencial de siete décimas entre la inflación general y la subyacente se debe fundamentalmente a la evolución de los precios de los carburantes y lubricantes, que continúan registrando tasas interanuales muy elevadas (9,9%).
Según CEOE y CEPYME, durante los próximos meses, si no se producen incrementos adicionales en el precio del petróleo, la inflación general debería mantenerse o incluso descender, dejando la inflación para el conjunto del año por debajo del 2%. No obstante, ambas Organizaciones añaden que las recientes subidas de los suministros (electricidad y gas que se dejaran notar a partir de abril), pueden suponer una limitación a un mayor descenso de la inflación.
En su opinión, parece existir consenso en que la demanda interna tardará en recuperarse, por lo que el crecimiento de la economía española en los próximos trimestres dependerá en gran medida del avance de nuestras exportaciones. Por ello, subrayan que las empresas deben mejorar su competitividad en los mercados internacionales y resulta necesario seguir en la línea de moderación salarial, ya que redundará en una mejora de la competitividad de las empresas y propiciará una recuperación que permita comenzar a crear empleo.
En su valoración, CEOE y CEPYME resaltan que, en España, el consumo privado está sufriendo un nuevo deterioro por lo que los precios de los bienes industriales y de la gran mayoría de los servicios seguirán mostrando una evolución descendente.
Por otro lado, señalan que, en un contexto de menor crecimiento mundial, los precios del petróleo no deberían ser un elemento inflacionista. Aunque las tensiones en Irán elevaron su precio durante los primeros meses del año, alcanzando en marzo 125,5$/barril, en el momento actual se sitúa en torno a 123$/barril y no se aprecian riesgos adicionales.
