La reforma financiera que se ha aprobado en el Consejo de Ministros del 11 de mayo complementa la que tuvo lugar el pasado mes de febrero, dado que la evolución reciente de los acontecimientos ha mostrado la necesidad de actualizarla.
Valoramos positivamente este nuevo paso para terminar la restructuración del sistema financiero y, en consecuencia, ganar credibilidad en los mercados internacionales. Esto refuerza el compromiso inequívoco de España de sanear su sistema financiero, y con ello, hace frente, con mayor contundencia, a uno de los principales problemas de la actual crisis económica.
Estas nuevas medidas permitirán aumentar la transparencia del sistema financiero y mejorar la solvencia del mismo, con la mayor provisión sobre aquellos activos relacionados con el sector inmobiliario y reforzando el capital.
No obstante, y dada la delicada situación por la que atraviesa el tejido empresarial, en especial las pequeñas y medianas empresas, es necesario que estas medidas tengan el menor impacto sobre el acceso al crédito. Si las Administraciones Públicas tienen grandes dificultades para acudir a la financiación, en el caso de las familias y empresas el acceso al crédito está mucho más restringido.
Finalmente, esperamos que las medidas adoptadas ahora permitan llegar a una solución pronta y definitiva de la situación por la que atraviesa el sistema financiero, dotando a una mayor estabilidad económica y financiera a la economía española.
