De un tiempo para acá parece que todo es coaching, coaching y más coaching, yo llevo trabajando con empresas algún tiempo con esta metodología y rara vez pronuncio la palabra coaching hoy tan prostituida.
Si buscamos una definición de coaching, no la encontraremos de forma rotunda, es decir, una con la que todos estemos de acuerdo, más o menos todos sabemos que es la contabilidad o la estadística, con el coaching no sucede esto, y tiene mucho que ver con que es una experiencia vivencial, cada persona que pasa por un proceso de coaching lo vive de forma diferente, pero podríamos definirlo como el proceso por el cual vamos de donde estamos ahora, hacia donde queremos estar, es decir hacer el camino que queremos para conseguir el objetivo marcado, acompañado de un coach
A menudo nos sucede que cuando alguien intenta contratar un coach lo que espera realmente, es tener un consultor que le diga que cosas detecta que están mal, para que le demos una receta para arreglarlas, o en ocasiones lo que buscan es un mentor que le ayude a salir del bache por el que pasa su empresa ayudándonos de la experiencia de ese mentor, pues queridos señores un coach no hace nada de estos, es precisamente esto lo que no hace.
Para empezar, un coach puede ser un profesional interno o externo a la empresa, puede tener conocimientos del sector en el que está la empresa o no, generalmente no, un coach no es directivo, no indica, acompaña. Por ello nunca te dirá que está bien o mal y menos aún lo que tienes que hacer, un coach no es un psicólogo de empresa, aunque hay psicólogos coach.
El coaching es una técnica de acompañamiento, en la que un profesional llamado, coach, te acompaña en el camino que antes hemos comentado, y no se trata de indicarte, de ser directivo, sino de hacer que tú veas el camino y las soluciones, ahí radica la dificultad y la potencia de esta técnica.
¿Quién conoce la situación en la que está tu empresa? El coach o tú, ¿quién conoce los objetivos que tienes y a dónde quieres dirigirte?, ¿quién conoce las opciones que tienes? Sin lugar a dudas tú, lo que nos pasa es, que en ocasiones, sólo nos centramos en las opciones que más nos gustan, o en las más cómodas de ejecutar o las que entrañan menor riesgo, pero siempre, siempre hay opciones, otra cuestión será que nos gusten o no. Acaso no estamos donde estamos todos, por las decisiones que hemos tomado de las opciones que nos ha dado la vida, aún cuando vienen mal dadas, siempre hay opciones.
Pero lo más importante de todo es la última pregunta: ¿Quién puede hacer que las cosas cambien? ¿Qué grado de compromiso tienes para cambiarlas? ¿Sigues haciendo las mismas cosas y esperando resultados diferentes? Aquí está la clave del coaching: tienes que querer cambiar, por eso no vale para todo el mundo, porque todos no tienen el compromiso de cambiar, porque conseguir tus objetivos no es más que cambiar desde donde te encuentras ahora a donde está tu objetivo, me da igual el objetivo que persigas: ser feliz, ganar dinero, vivir en una casa más grande, tener mejor coche, ser mejor persona, conseguir que tus profesionales rindan más, gestionar mejor tu tiempo, ser un líder para tu equipo, mejorar tus habilidades directivas, sociales y personales, en definitiva todo depende de ti. Por eso el coaching no es una varita mágica que soluciona todos los problemas. Antes de buscar un coach, preguntarte si estás dispuesto a cambiar.
No esperes a que cambie tu entorno, la crisis, tus competidores, tu suerte, cambia tú y cambiará todo, verás como experimenta un cambio importante todo lo que te rodea, si estás dispuesto a pagar ese precio avanzarás hacia tu objetivo
Si esperas a que cambie tu entorno irás detrás de la corriente, si eres proactivo y diriges tu vida y tu empresa hacia donde quieres, liderarás tu camino, por esa senda encontrarás innovación, liderazgo, motivación, retos, alegrías y también incertidumbre, miedos e inquietudes, pero tú sabes lo que quieres y estas en el camino de conseguirlo, no tendrás miedo al fracaso, porque sólo podrás aprender de él. Séneca decía: “No podrás descubrir nuevos océanos sin el coraje de perder de vista la costa” se lo comento a los emprendedores con los que trabajamos, el miedo no es malo ni bueno, nos mantiene alerta, el problema es cuando nos paraliza porque no hacer nada no es una opción inteligente.
Piensa detenidamente en esta cita que te escribo a continuación y recuerda aquel momento en que te planteaste montar tu empresa, iniciar un proyecto nuevo, ese instante en el que te llegó la idea y comenzaste a desarrollarla y mira hoy donde estas, parecía que nunca llegarías, ¿verdad?. La única diferencia entre un sueño y un objetivo es una fecha. Edmundo Hoffens
Nosotros seguimos una máxima en nuestra empresa y en nuestra vida: Los problemas no se acaban nunca… las soluciones tampoco, es una frase celebré que leí no sé a quién, pero la filosofía que está detrás, es estar orientados hacia la solución, no hacia el problema, nos ocupamos del problema en lugar de preocupamos por él. Sé tú el que marques la pauta de tu vida y no las circunstancias que te toquen vivir.