La CEOE ha elaborado un exhaustivo informe sobre la incidencia de los Presupuestos Generales de Estado en la actividad turística en el que se pone de relieve que si se mantienen las significativas reducciones de algunas partidas presupuestarias relacionadas con el turismo y se producen los fuertes incrementos de tasas consignadas en este Proyecto, el sector turístico español vería mermado los apoyos necesarios para mantener su competitividad actual. Mas allá del complejo escenario económico y la necesidad de consolidación fiscal, lo cierto es que tanto la magnitud del ajuste a la baja de las partidas asignadas a la Secretaría de Estado de Turismo en los PGE 2012, como su distribución por conceptos, limitan su capacidad para implementar una verdadera Política de Estado, que afronte los retos estructurales a los que se enfrenta el sector turístico español.
Los rasgos más significativos de los PGE 2012 en relación con la política turística son los siguientes:
1. Los recursos dirigidos al programa de coordinación y Promoción del Turismo encargada a la Secretaría de Estado de Turismo y a Turespaña se reducen un 29,7% de media respeto a los de 2011, muy por encima de la caída media del gasto para el conjunto de la administración central que recogen los PGE 2012, cifrada en el 16,9%.
2. Del total de los 438,2 millones de euros contemplados en el presupuesto de turismo para el año 2012, 318,5 corresponden a préstamos al sector – que ha de devolver y que son un coste real para la administración – y 21 millones a intereses por los préstamos concedidos a las empresas turísticas en 2009 y 2010, por lo que el presupuesto en 2012 para la aplicación de la política turística, eliminado estos conceptos y los gastos de personal (26,6 millones de euros), se reduce a 71,9 millones de euros, en los que están pueden estar contempladas sin especificar las inversiones de Paradores. Este mismo presupuesto en 2011 era de 127 millones de euros, por que la rebaja es del 43,4%.
3. Programas claves como los dirigidos a la regeneración de la oferta y, en especial, a la reconversión de zonas maduras cuentan con dotaciones exiguas (6,3 millones), habiéndose reducido un 47,4% respecto a las de 2011. Se trata de una reducción muy similar a la de inversiones reales (-47,7%) que pasa de los 89,2 millones de euros de 2011 a los 46,6 millones de 2012, donde se recoge la inversión en activos inmateriales (campañas de promoción) de 76 millones en 2011, a 35 millones en 2012 (-53,9%).
Los PGE 2012 recogen, a su vez, una subida desproporcionada de las tasas aéreas. En el aeropuerto de Madrid-Barajas la subida es del 50,3% y en el de Barcelona – El Prat del 53,6%, incremento que se añade a los experimentados en 2011, de un 24% y un 15%, respectivamente. En aeropuertos eminentemente turísticos (grupo3) como los de Alicante, Gran Canaria, Málaga, Palma de Mallorca y Tenerife Sur la subida asciende al 12,9%, que se añade al incremento en 2011 del 10,1%. Estos siete aeropuertos suman el 72,8% de las llegadas de pasajeros por vía aérea. No obstante, es importante poner de manifiesto que la subida afecta a todos los grupos de aeropuertos.
Estos importantes incrementos de las tasas aeroportuarias, en un entorno de débil demanda y con precios récord del combustible, van a tener un impacto muy negativo sobre el conjunto del sector turístico español y los operadores aéreos.
En este sentido, debe tomarse en consideración que el combustible representa ya el 30% de los costes para las compañías aéreas, las tasas aeroportuarias, por su parte, representan una media de entre un 10 y un 12% de sus costes, y las tasas de navegación entre un 4 y un 6% adicional, dependiendo de la red de cada compañía.
Según las estimaciones realizadas por EXELTUR la subida en los 7 principales aeropuertos españoles podría provocar una caída máxima de llegadas de turistas (entre españoles y extranjeros) de 2,87 millones, que dejarían de generar un gasto de 1.636 millones de euros de derrama turística durante un año, en los diferentes destinos españoles de su áres de influencia.
No debería olvidarse que el turismo es uno de los pocos sectores que ha sido capaz de mantener, pese a la crisis, su contribución al PIB (10,2% en 2010) y a la creación de empleo.
