«La flor desleal» (por José Luis Beltrán Gómez)

El pasado mes de febrero vivimos intensamente uno de los días más señalados del calendario en cuanto a la venta de flores cortadas se refiere, con la celebración del Día de San Valentín, el 14 de febrero. Esta jornada y los días previos a celebraciones como el Día del Padre, la Madre, Semana Santa y Difuntos, son períodos en los que los consumidores aprovechan para regalar a sus seres queridos estos presentes que van aparejados a una gran emotividad.

En España y especialmente en Andalucía, a diferencia de otras zonas del norte de Europa, las flores y plantas no suelen ser un artículo de consumo habitual, por lo que desde el sector florista, concentramos la mayor parte de nuestras inversiones económicas y sentimentales, así como recursos humanos y materiales, en dar el mejor servicio a nuestros clientes, dedicándonos en cuerpo y alma a ofrecer la máxima calidad posible.

A este condicionamiento temporal se le ha sumado la situación económica que atravesamos, que ha llevado a un drástico descenso del consumo que hemos sufrido todos los sectores empresariales. Ambas son circunstancias cuya solución habría que analizar detenidamente. Al margen de que nuestro sector deba invertir de forma asociada en campañas de promoción de la flor como artículo de uso habitual, este esfuerzo debe ir acompañado de una mayor confianza de nuestros clientes en la mejora económica, lo cual no depende exclusivamente de nosotros sino de muchos otros factores.

Pero me gustaría centrarme en un aspecto en el cual los floristas tenemos un protagonismo esencial en tanto en cuanto podemos contribuir a su erradicación con la ayuda de las Administraciones, que en realidad, son las encargadas de velar por el cumplimiento de la normativa vigente. Me estoy refiriendo a la devastadora competencia desleal que, independientemente del traje que vista, tiene el mismo efecto letal para las empresas de nuestro sector, que dedicamos parte esencial de nuestro capital a pagar nuestros impuestos.

Luchamos contra la venta ambulante ilegal de flores, luchamos contra establecimientos comerciales, sobre todo bazares asiáticos y supermercados, que no dudan en poner a la venta un artículo que precisa un Impuesto de Actividades Económicas específico y aún contando con dicho permiso, deben respetar unas normas de separación con respecto a otros productos. Además de lo anterior, es preciso tener en cuenta la regulación de horarios comerciales en Andalucía, que permite la apertura en domingos y festivos de un establecimiento comercial de 300 o más metros cuadrados o pertenezca a una gran cadena de distribución, exclusivamente durante ocho días al año, previamente establecidos por Ley. Para estos locales el dicho “hacer el agosto” se hace extensivo a todo el año.

Desde la Asociación Provincial de Floristas Onubenses (ONUFLOR) instamos a todo el sector a no permitir que estas infracciones queden impunes, trasladándonos todas las presuntas irregularidades que detecten en sus respectivos entornos. Y usted, consumidor, no lo dude…no regale una flor desleal. Del esfuerzo de todos depende que este sector siga llenado de belleza y colorido nuestras calles y mercados, apostando por seguir haciendo felices a sus seres queridos de manera honesta.

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