Recientemente se concentraron en las puertas de la FOE un grupo de sindicalistas para hacer pública una protesta: su malestar por el “bloqueo” de la negociación colectiva en nuestra provincia y, tras los exabruptos e improperios de rigor –que ya uno está curado de espantos-, se queman aparentemente unos papeles que simbolizan la negociación colectiva.
Desde aquí, sin salidas de tono, sin gritos, sin aspavientos, pero desde el silencio de la letra escrita, que siempre ha dejado más secuela de responsabilidad y, por ende, de sinceridad, tenemos que negar que la negociación colectiva provincial esté bloqueada.
No, no es cierto. Y si lo fuera en alguna medida solo lo sería por voluntad exclusivamente sindical. ¿Abandono? ¿Desidia, quizá? Lo cierto es que los únicos convenios provinciales que realmente pueden considerarse paralizados –algunos desde hace años-, lo están porque los sindicatos no se han preocupado de negociarlos pese a los requerimientos para hacerlo por parte de las correspondientes patronales.
Escapa a cualquier tipo de consideración sensata y bien intencionada, cuál puede ser el motivo por el que -a pesar de que en nuestra provincia, excepcionalmente o no, no nos importa, la negociación colectiva pasa precisamente por unos momentos de fluidez, e incluso, por qué no reconocerlo, de sensatez por parte de todos los agentes sociales, en unos momentos en los que, bien es cierto que es obligatorio hacerlo- los sindicatos manifiestan pública, abierta y desconcertantemente lo contrario.
Cualquier lector interesado en pruebas, por públicas y notorias, fehacientes, puede informarse pormenorizadamente acerca de la situación de todos y cada uno de los convenios provinciales, continuando este mensaje editorial en el reportaje sobre la negociación colectiva publicado en esta web.
José Francisco Daza Suárez
Asesor Negociación de Convenios FOE
