No a la liberalización de horarios en pro del equilibrio comercial

En estos momentos, empresarios y el público en general estamos muy pendientes de una de las apuestas que tiene encima de la mesa el Gobierno para las próximas semanas: una mayor libertad de los horarios comerciales y un paquete de medidas de apoyo al gran consumo. Entretanto, se hacen públicos informes que vienen a afirmar que esta medida contribuiría «a incrementar la competitividad, la capacidad productiva y el potencial de crecimiento de la economía española, sin coste fiscal».
Sin embargo, ninguna experiencia previa demuestra que permitiendo abrir libremente al gran comercio se beneficie al empleo o al consumo. Además, estos informes no tienen en cuenta la repercusión que esta iniciativa tendría sobre las pymes comerciales y el modelo de vida mediterráneo que forma parte inherente de nuestra idiosincrasia.
No cabe duda de que la liberalización de horarios favorecería las grandes superficies y sería nefasto para el comercio local, uno de los principales sectores creadores de empleo estable, a diferencia de otros formatos comerciales que optan por la temporalidad de sus empleados, en detrimento, en muchas ocasiones, de la especialización y atención al cliente.
En Andalucía, donde el Gobierno autonómico permite anualmente 8 domingos y festivos de apertura para establecimientos de más de 300 metros cuadrados o que pertenezcan a grandes cadenas de distribución (el resto de comercios puede abrir cualquier día del año), ha proliferado solicitudes a la Administración regional de declaración de zonas de gran afluencia turística para el centro de algunas localidades, lo que daría vía libre para la liberalización de horarios en dichas zonas. A este respecto, cabe destacar la opinión de la patronal andaluza de las pymes comerciales, la Confederación Empresarial de Comercio de Andalucía (CECA) cuando considera que las modificaciones de horario que se pudieran acometer deberían venir avaladas por informes técnicos que demuestren esa necesidad.
Y es que esta organización, presidida por un empresario onubense, Manuel García- Izquierdo, viene trabajando arduamente por defender los intereses de los comercios minoristas, con el apoyo de los sindicatos (UGT y CCOO) y las asociaciones de consumidores. No en vano, el pasado mes de octubre las mencionadas organizaciones firmaron un manifiesto en el que expresaban públicamente su voluntad de mantener la legislación vigente en Andalucía en materia de horarios comerciales, en aras del equilibrio comercial.
No obstante, si los consumidores vienen asociando consumo con ocio y bienestar, las pymes comerciales deben seguir trabajando junto con otros sectores como la hostelería, en la potenciación de los Centros Comerciales Abiertos, a los que deberían de unirse aquellos formatos comerciales que actualmente desarrollan su actividad al margen de los entornos urbanos que le rodean, contribuyendo de esta forma a un aumento del consumo, la actividad y el empleo, en beneficio de todos y no sólo de unos pocos.

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